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¿Qué es el rendimiento escolar?

Es el nivel de conocimiento que tiene un alumno cuando se le evalúa mediante una prueba. No está determinado por tu nivel de inteligencia, que normalmente se mide con el coeficiente intelectual (el que no refleja tus verdaderas capacidades), pero que no refleja todo lo que eres capaz de hacer; sino por una serie de factores, algunos que sí puedes cambiar y otros que no.

Entre los que no son modificables están la anatomía de tu cerebro, la nutrición durante la primera infancia, enfermedades, el síndrome de déficit atencional, etc. También se relacionan aspectos de tu personalidad, incluso, si eres hombre o mujer.

Por el contrario, hay conductas y hábitos que te ayudarán a mejorar tu rendimiento académico y a usar todo tu potencial de aprendizaje.

Veamos cuáles son:

Descansa lo suficiente

Tu cerebro, al igual que los músculos de tu cuerpo necesita reponerse y descansar de la actividad diaria. Por eso es importante el reposo, el sueño (entre ocho y nueve horas diarias) y el ocio. Debes descansar siempre antes de una prueba. No sirve estudiar hasta tarde, porque tu cerebro no responderá si está cansado.

No consumas drogas

El sistema nervioso central, y tu cerebro en particular, es muy sensible a algunas sustancias como las drogas, el alcohol y el tabaco, que lo dañan de forma irreversible. Evítalas si quieres aprender.

Marihuana y rendimiento escolar

El principio activo de la marihuana o Cannabis es una sustancia llamada Tetrahidrocannabinol.

El consumo de esta droga durante la adolescencia se relaciona con dificultades de aprendizaje, peores notas, menor satisfacción escolar, actitudes más negativas hacia el colegio, inasistencia, abandono prematuro de los estudios e, incluso, fracaso en la formación profesional y en los estudios superiores.

Además, tiene efectos negativos de largo plazo como:

  • Problemas de memoria y aprendizaje.

  • Dependencia (entre el 7-10 % de los que la prueban, se torna adicto).

  • Trastornos emocionales (ansiedad, depresión) y de la personalidad.

  • Enfermedades bronco-pulmonares y determinados tipos de cáncer.

  • Trastornos del ritmo cardiaco (arritmias).

  • Psicosis y esquizofrenia (especialmente en individuos predispuestos).

No consumas alcohol

El alcohol tiene efectos inmediatos en tu cerebro. Aunque al principio produce una sensación de euforia y bienestar, esta pasa rápidamente. Si sigues bebiendo empezarás a perder tu coordinación corporal, no veras bien y peor aún, tu capacidad de juicio, también disminuirá; tus tiempos de reacción serán más lentos, tendrás somnolencia y problemas con tu memoria.

En el mediano plazo, aparte de los problemas de adicción y de salud en general, el alcohol daña tu cerebro, produciendo pérdida de la memoria, dificultades cognitivas y hasta demencia.

Aliméntate bien: sano, balanceado y ordenado

Tu cerebro necesita alimentación para funcionar bien. En general, debes tener una alimentación ordenada (comer tus comidas siempre a la misma hora), variada y con abundantes verduras y frutas. El mejor ejemplo de esta alimentación, como ya lo hemos dicho, es la dieta mediterránea (link página con la definición de DM).

Cuando vas a dar una prueba o necesitas estudiar para preparar un examen debes preocuparte de tu alimentación e hidratación, de la misma forma que lo haces cuando vas a participar en una competencia deportiva.

Para empezar, es fundamental el desayuno, y que este contenga hidratos de carbono, grasa y proteínas, para mantener un nivel de alerta y concentración. Un ejemplo de un buen desayuno es un vaso de leche descremada, pan integral con palta y una fruta.

Mira este video. Aquí encontrarás algunos consejos que te ayudarán a mejorar tu rendimiento escolar y académico.