El concepto nace en la isla de Creta, donde sus habitantes viven largos años y no sufren de problemas al corazón.
Esto llamó la atención de los científicos en los años ’60 que investigaron cómo se alimentaba la población de diferentes países, y descubrieron que en Grecia - en particular en esta isla- y otros países del mediterráneo, la gente vivía más y de forma más saludable.
Se dieron cuenta de que la clave estaba en los alimentos que consumían y bautizaron su sistema de alimentación como dieta mediterránea.